Juan Suriano (1948-2018). In memoriam

 

Estimados colegas:

Les hacemos llegar las condolencias que el PEHESA hizo circular a raíz de la muerte de Juan Suriano, investigador de este instituto. Juan fue un historiador comprometido con la vida de las instituciones en las que se desempeñó y con la formación de jóvenes investigadores, a quienes trató con generosidad, rigor y cariño. Impulsó también proyectos editoriales muy importantes para la historiografía argentina, y su producción sobre distintos aspectos de la historia social se ha transformado en referencia ineludible.

Lamentamos su fallecimiento y abrazamos a Mirta.

 
Alejandro Cattaruzza
Director interino
 
 
 
Juan Suriano (1948-2018)
 
Con profunda tristeza, los miembros del Programa PEHESA del Instituto Ravignani nos sumamos a las manifestaciones de pesar por la muerte de nuestro querido colega y amigo, Juan Suriano, y acompañamos a su compañera Mirta, a sus familiares y amigos en su dolor.
 
Juan integró nuestro Programa casi desde sus orígenes, cuando se formó como grupo dentro del CISEA (Centro de Investigaciones sobre el Estado y la Administración) para sobrevivir intelectualmente en los años oscuros de la última dictadura. Por entonces, contra viento y marea, y sin becas ni subsidios, Juan comenzaba sus estudios sobre las clases trabajadoras y en particular sobre el anarquismo, que lo llevarían a convertirse más tarde en un referente ineludible en ese campo.
 
Ya en los años 80, cuando se normalizaron las universidades en democracia, se sumó activamente a la enorme tarea de reconstruir la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, donde había hecho sus estudios de grado. Siguió allí como investigador del PEHESA, integrado por entonces a la UBA, y como docente del Departamento de Historia, contribuyendo así a renovar y fortalecer esas instituciones.
 
Fue incansable en su compromiso institucional, que más tarde volcó en otras universidades, y muy en particular en las de Mar del Plata y de San Martín, donde dedicó sus esfuerzos a la formación de jóvenes y a la organización y dirección de grupos de investigación. Junto con Mirta Lobato, su compañera de la vida, fundaron y sostuvieron literalmente a pulmón una de las mejores revistas de historia de la Argentina, Entrepasados, un espacio crítico, plural, autónomo e intelectualmente vigoroso. Fue, además, en el plano editorial, un entusiasta promotor y director de colecciones de historia, contribuyendo así a crear espacios para que los historiadores pudiéramos publicar y difundir nuestro trabajo.
 
Juan se destacó en todos esos ámbitos, pero sobre todo, fue un historiador de primera, un estudioso de las clases trabajadoras, un autor de artículos y libros indispensables, y un intelectual atento y crítico de las realidades de nuestro tiempo. Para sus amigos seguirá siendo, además, Juancito, Juancho, Suriano, cálido, a veces un poco hosco, siempre generoso. Te extrañamos ya.