Apelando a información arqueológica, representaciones rupestres y documentación histórica, buscamos analizar una dinámica de tensiones y persistencias, de cambios y continuidades entre los siglos XI y XVII en las sociedades puneña y vallistas junto con evidencias de interacción y circulación de bienes entre ambos espacios. Tomando conceptos teóricos como reproducción social y bifocalidad, entendida como la experiencia de los actores de procesos históricos locales y macroregionales, este proyecto, de carácter interdisciplinario, busca la reconstrucción de un mismo proceso desde líneas de evidencia diferentes que, en su especificidad, aportarán a un objetivo común.
Los casos de análisis seleccionados para el área de puna corresponden a la cuenca intermedia del río Punilla (Antofagasta de la Sierra) representada por el sitio Punta de la Peña 3. Para el ámbito de los valles altos consideramos el sitio El Duraznito (valle del Bolsón, Belén, Catamarca), Quillivil (Valle Calchaquí, Salta). Para esto apelamos a información material proveniente de contextos arqueológicos del período para reconstruir la diacronía del modo de habitar altoandino y las formas de la reproducción social en contextos macroregionales que sufren profundas transformaciones por la presencia directa o indirecta de instituciones estatales: incaica y colonial. Analizaremos las formas de la instalación a través de arquitecturas agregadas, secuencias constructivas y fechados radiocarbónicos, consumo de recursos faunísticos junto con la producción y consumo de bienes muebles, como alfarería, lítico y textil.
Las representaciones rupestres muestran temas, iconografías y modos de representación que destacan la figura humana y sus rasgos extra corporales como indicadores visuales de jerarquía sociales e interacción regional. En relación con las representaciones rupestres y variabilidad de estilos cerámicos regionales si bien varían en sus temáticas y modos de representación postulamos que es posible registrar un sistema de imágenes estables, una cierta permanencia de signos reconocibles y de una continuidad histórica de ciertos temas, independientemente de la resolución estilística de cada sociedad.
Por último, las descripciones españolas sobre ambientes y poblaciones caracterizaron el entorno de valles y punas en términos de un entramado rebelde que articulaba poblaciones puneñas y vallistas en los levantamientos indígenas que sacudieron a la gobernación del Tucumán en los siglos XVI y XVII. Las formas del trabajo exigidas por las encomiendas sobre las poblaciones serranas y puneñas requerían la continuidad prehispánica en las formas de instalación, producción y circulación a través de la geografía serrana. La continuidad y abandono de los sitios arqueológicos seleccionados como casos de análisis responde a la contradicción entre las prestaciones exigidas por los encomenderos y la necesidad de garantizar la reproducción social de la población tributaria permaneciendo en sus poblados.